Proyecto de Costas de refuerzo del muro del Tenis mediante una escollera y una elevación del espigón en Ondarreta
En los sistemas litorales, siempre que no se produzca una alteración externa (antrópica o natural), se tiende a una situación de equilibrio, pero ese equilibrio no es estático, es un equilibrio dinámico.
Un análisis incorrecto de la situación real en la que se encontraba la playa, ha derivado en el último decenio en una nefasta gestión de los recursos disponibles para el mantenimiento del arenal de Ondarreta. Cuando para la interpretación de un problema se parte de resultados preconcebidos, considerando a priori que existe una fuga de arena unidireccional hacia el exterior del sistema compuesto por el conjunto de la Bahía de La Concha, la resolución se complica tanto que el tema adquiere tintes de "cuestión de Estado" (El País, 27-06-2014).
En este sentido, el CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas) a solicitud de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, realizó un SEGUIMIENTO DE LAS PLAYAS DE LA CONCHA Y ONDARRETA (SAN SEBASTIÁN) OCTUBRE 2010-2011 (CEDEX, 2012) basado en campañas de toma de datos topográficos y batimétricos, así como análisis granulométricos de muestras de arena.
El resumen final de dicho estudio indica que la playa de La Concha, gana superficie de playa seca y volumen de árido en la misma zona, tanto en el ciclo invernal como en el veraniego. Esta situación es consecuencia probable del aporte de árido realizado.
Por el contrario la playa de Ondarreta, a pesar de ese aporte, pierde tanto superficie de playa como volumen de árido independientemente de cual sea el ciclo comparado.
La playa de Ondarreta sigue con problemas globales de erosión, ya que la recarga del árido efectuada no parece haber servido para solucionar el problema. Pero en esta ocasión se hace notar que la erosión de la zona sumergida de la playa de La Concha supera a las acumulaciones existentes en la playa emergida. La Concha en este ciclo presenta una tendencia erosiva que habrá que ver si se mantiene a más largo plazo.
Como consecuencia de estos estudios, el CEDEX ha propuesto y la Dirección de Costas ha planteado una escollera en el muro del Tenis para frenar la fuga de arena en Ondarreta:
La actuación sería similar a la que se llevó a cabo en 2011 en el dique exterior (Mollaberri) del Puerto donostiarra (Figura 1) y que según parecía había provocado un "preocupante" aumento de arena en la zona del Náutico en el cuatrienio posterior, ya que se le quitaba mucha energía a la ola y todo el sistema que es la Bahía bascula hacia allí (Galparsoro & Beldarrain, com. pers.). Aunque la dinámica de la arena es impredecible, y las corrientes marinas desenterraron en primavera de 2015 la pequeña escollera y la zapata de mampostería a pie del muro de costa de Alderdi Eder (Figura 2). En teoría, cualquier intervención en un punto de la bahía de La Concha afecta a lo que ocurre en el conjunto. Los técnicos municipales y los de Azti sospechaban que esta escollera del Puerto había podido restar energía a las corrientes que en invierno trasladan arena desde el Pico del Loro hacia el Tenis.
En este sentido, no se tuvo en consideración para tales afirmaciones que en el año 2010 se realizó una recarga de 21.100 m3 de arena en Ondarreta y de un volumen similar en el extremo oriental de la playa de La Concha (justo frente a Alderdi Eder) provenientes respectivamente de la 4ª y 5ª planta de aparcamiento de la plaza Cervantes, con la pretensión de paliar la supuesta escasez de arena en las playas emergidas de La Concha y Ondarreta, lo que supuso un aporte extra de unos 42.000 m3 de arena en el conjunto de la Bahía, y cuyo excedente en la actualidad probablemente esté depositado y repartido en varias zonas sumergidas de la Bahía.
La retirada de “El Pasillo” y la regeneración a su estado natural de la rasa mareal, probablemente aumentaría la fuerza de la entrada del oleaje en el extremo occidental de la Bahía y repercutiría en la dinámica de la arena (esta mayor fuerza de entrada del oleaje que movilice la arena de la zona alta de la playa es lo que propone Azti).
El actual dique o rompeolas, parte
por el medio los estratos naturales de la plataforma de abrasión y altera la dinámica
natural del litoral. La ola u onda corredera del Tenis se forma en la misma
punta del Peine del Viento y se desliza hacia la orilla apoyada sobre el muro
de costa.
El
rompeolas retiene la energía cinética, eleva la masa de agua y la transforma en
una ola recargada con energía potencial gravitatoria, más peligrosa, y que
además retrasa su rompiente en unos 50 m, acercando su peligro a la Rampa del
Tenis contra la que impacta con más virulencia, generando incluso su derrumbe
(2009).
Los
brotes de contaminación del verano podrían tener su origen más probable en los
vertidos ilegales de los estanques de aguas residuales de algún barco concreto
fondeado en la Bahía (o puerto donostiarra), y las corrientes litorales
concentran la polución en la zona del Tenis, donde el agua insalubre se
encuentra más estancada al abrigo del dique que impide la entrada de las
corrientes marinas que la sanean.
Asimismo, con la
eliminación de esta estructura en ruinas, la entrada natural de las corrientes
cubriría con más arena los cascotes de la zona intermareal de la playa, tal y
como sucede en los inviernos más enérgicos. Por contra, es conocido que la mar
en calma provoca que afloren las piedras antrópicas molestas como sucede en
verano.
Figura 1. Escollera de Mollaberri (2011).
Figura 2. Escollera y zapata de mampostería a pie de muro de Alderdi Eder.
En realidad el proyecto consiste en dos intervenciones (Figura 3a y 3b), que una sería un refuerzo del muro del Tenis mediante una escollera, y la otra una recrecimiento o elevación (hasta 2,5 m de altura y 5 m de anchura) del espigón, dique semisumergido o "El Pasillo" actual de Ondarreta (Figura 7), que sufrió un fuerte deterioro hace unos 15 años cuando se abrió una zanja con una mini-retroexcavadora en toda su longitud, para la colocación de canalizaciones que llegaran hasta la Isla de Santa Clara, lo que ha motivado su posterior erosión acelerada (Amiano, com. pers.).
Figura 3a. Proyecto de la escollera y reconstrucción del espigón (CEDEX, 2013).
La más espectacular sería la disposición de una escollera de bloques de piedra junto al muro de costa en una longitud de 209 metros. Estos bloques de 18 toneladas se colocarían en la misma rasa mareal hasta una altura de 5,5 metros de altura (el pretil del paseo Eduardo Chillida está a cota 7,5 metros).
El refuerzo del muro del Tenis mediante la construcción de una escollera tendría la finalidad principal de protección del muro de costa, para evitar episodios como los acontecidos en octubre-noviembre de 2013, cuando unos desperfectos en el muro acabaron convirtiéndose en un gran socavón en el paseo del Tenis (Figuras 4 y 5), y los destrozos en el pretil del muro del Tenis durante los temporales de febrero de 2014.
La celeridad en las actuaciones de reparación de los muros de costa es fundamental, para que el agua no continúe horadando las estructuras y acabe por derribarlas. De este modo, los militares del campo de maniobras mantenían el muro de contención principal que se desplazó y derrumbó en varias ocasiones (Egaña, 2012). Al ser arreglos urgentes, generalmente se reparaban con ladrillos macizos u otros materiales de construcción disponibles, cuyos cascotes hoy en día se pueden apreciar distribuidos entre los escombros del pedregal de Ondarreta.
Figura 4. Técnicos municipales inspeccionando los destrozos del muro del Tenis (24-10-2013).
Figura 5. El desperfecto del muro de costa convertido en gran socavón (02-11-2013).
La propuesta de elevación del espigón se basa en un proyecto anterior redactado por Ramón Iribarren Cavanilles del CEDEX, titulado "Proyecto de ampliación y mejora de las playas de la Concha de San Sebastián" de 1950 (Figura 6).
Figura 6. Proyecto de mejora de las playas de la Concha de San Sebastián (1950).
La preocupación por la falta de espacio en la playas, llevó a estudiar el problema. La solución que veía Iribarren, una figura de prestigio mundial en la técnica de puertos y playas, consistía en unir Ondarreta con la isla de Santa Clara por medio de una pequeña escollera asentada sobre la que en el siglo XIX comenzó a hacerse en esta zona. La idea del fallecido ingeniero, apenas esbozada, levantó airadas protestas, y el problema, que no era tan acuciante en aquel entonces, quedo relegado. Hoy día las soluciones de ganar playas en las bahías cerrando alguno de sus lados están técnicamente descartadas por razones de salubridad (ABC, 16-08-1969).
Figura 7. Espigón entre el Tenis y la Isla de Santa Clara.
El
dique semisumergido del Tenis “El Pasillo” fue construido en 1916 por el
Ayuntamiento de San Sebastián, en un intento de cerrar la bocana occidental de
la bahía de La Concha, entre el monte Igeldo y la isla de Santa Clara, y
convertir en puerto la totalidad de la Bahía (DUA, signatura:
H-02185-14), aunque como pretexto su promotor argumentaba que también beneficiaría
la sedimentación de la arena en las playas. El objetivo
se abandonó por su alto coste, problemas técnicos, carecer de la pertinentes autorizaciones
ministeriales y sobre todo por el rechazo popular de la obra a la que se opuso
incluso la Reina María Cristina (Diario Vasco, 02-03-2008). Si este proyecto se hubiese materializado,
existía incluso un proyecto para proseguir con la ocupación y urbanizar de
inmediato toda la plataforma de abrasión litoral (DUA, signatura:
H-01998-03).
La
estructura tiene una longitud de 108 m y se eleva 1 m sobre la rasa intermareal
de Ondarreta. El dique tiene una sección trapezoidal con 3 m en la base y 2,5 m
en la cúspide, y atraviesa de oeste a este los estratos con mayor valor
geológico de la plataforma de abrasión marina o litoral de este enclave (Figura 7).
En
este sentido, también hubo intentos previos de cierre con escollera (1821), ya que el municipio de Pasajes se había independizado de San Sebastián pocos años antes (1805) y un puerto se consideraba una infraestructura fundamental para la ciudad. La construcción del rompeolas se quedó a medio camino a la isla, nunca llegó a completarse. El objetivo se abandonó por el coste y por los problemas técnicos, dado que la altura de la infraestructura tendría que ser muy elevada, para proteger no solo del mar sino también del viento a los barcos que entonces eran a vela.
Además, el proyecto prevé reforzar la base del muro de costa mediante un pequeño zócalo de hormigón a lo largo de 290 metros. Finalmente se contempla un movimiento de arena en la playa de Ondarreta de 50.000 m3.
En todo caso, el Ayuntamiento quiere estar muy seguro antes de dar el visto bueno a una actuación de este tipo. Tanto el anterior Gobierno Municipal como Azti creían que lo ideal sería "modelizar" la Bahía (comprobar los efectos de una determinada actuación mediante la reproducción de las condiciones en maquetas a escala) un trabajo que solicitaron que realizara el CEDEX para el Ministerio de Medio Ambiente.
Una vez en la oposición, y sin el estudio definitivo solicitado de las consecuencias que tendría dicha actuación, la coalición EH Bildu califica como "una barbaridad" el proyecto e informa que cuenta también con el rechazo de Azti, porque en su opinión estas medidas provocarían un efecto bañera en la bahía, tendrían un impacto visual en el paisaje y no hay garantías de que acaben con las piedras.
El gobierno municipal vigente se abre a la posibilidad de colocar una escollera en el muro del tenis como solución para eliminar las piedras de Ondarreta. El proyecto lo viene elaborando Costas desde hace dos años y la novedad es que los actuales responsables municipales se muestran dispuestos a estudiarlo, frente a las reticencias que mostró el anterior ejecutivo local.
El proyecto de escollera en el muro de Ondarreta junto a un recrecimiento del dique existente entre el paseo de Tenis y la isla, produciría una mayor presencia de arena en la parte baja occidental de la playa (bajo la falda del monte Igeldo) y generaría un «déficit sedimentario» en Loretopea (Pico del Loro) que debería ser compensado con un aporte externo de arena de entre 15.000 y 20.000 m3. Son las conclusiones principales a las que llega el Estudio en modelo físico 3D de fondo móvil del Proyecto de Mejora de la playa de Ondarreta, elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) para la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar (Costas) del Ministerio de Medio Ambiente.
La construcción de una escollera en el muro del Tenis tendría una afección directa a la rasa mareal o flysch de Ondarreta, con un impacto ambiental y paisajístico irreparables, así como un perjuicio a las actividades deportivas que se desarrollan en este entorno en la actualidad, como el surf, el buceo, la pesca deportiva desde el muro del Tenis o el propio marisqueo. El recrecimiento del dique entre el Tenis y la Isla hasta la cota 2,5 metros haría este elemento «visible incluso en marea alta» y, sobre todo, se considera que estas medidas no solucionarían el problema de las piedras, que se deben quitar sin más porque tienen un origen no natural, dado que la acumulación de arena se produciría en el flysch y no en el centro de la orilla, que es donde están los cascotes (Diario Vasco, 05-09-2015).

La rasa intermareal o formación geológica denominada flysch de Ondarreta, con sus acantilados y rocas naturales asociadas, es un fenómeno geológico singular de la Bahía de La Concha a conservar (Lugar de Interés Geológico “LIG 89” y dotado de “Especial Protección Estricta” en el Plan Territorial Sectorial de Protección y Ordenación del Litoral Vasco) que suma un atractivo más a esta playa.
Asimismo, se reconoce que estas infraestructuras serían incapaces de solucionar el problema de las piedras molestas de Ondarreta, por lo que además de plantear esta escollera, Costas ha pedido al Ayuntamiento que lleve a cabo una importante actuación de retirada de las piedras en Ondarreta, algo parecido a lo que propone la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Para informarse mejor sobre proyectos disparatados, que quisieron imponer el hormigón craneal de algunos "iluminados" a las neuronas de los humanos, se recomienda leer el libro ilustrativo de Fermín Muñoz Echabeguren "SAN SEBASTIÁN LA HISTORIA DESCONOCIDA Hombres y proyectos que quisieron cambiar la ciudad 1857-1966", Editorial Txertoa (2004).
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Gracias por el interés mostrado en la recuperación de la playa de Ondarreta.