miércoles, 24 de junio de 2015

La dinámica de la arena en Ondarreta y La Concha


El régimen de la Bahía de La Concha siempre ha sido un enigma, siendo imprescindible y urgente aclararlo, no sólo desde el punto de vista científico, sino del eminentemente práctico, en una materia tan interesante para San Sebastián como es la de la conservación de las playas de su bahía. Desde hace 125 años, con escaso acierto, se han realizado estudios y lanzado propuestas para controlar de manera permanente la dinámica de la arena de las playas.

En los ecosistemas de la naturaleza, siempre que no se produzca una alteración externa (antrópica o natural), se tiende a una situación de equilibrio, pero ese equilibrio no es estático, es un equilibrio dinámico.

Una playa es una acumulación al borde del mar de materiales de un calibre que puede ir desde arenas finas hasta gruesos guijarros (las denominadas playas de piedras).

El oleaje es el factor clave en la formación de las playas, y las mareas son la fuente de acumulación de sedimentos, es decir, se limitan a redistribuir, dispersar o concentrar la arena que ha llegado hasta la orilla del mar.

Generalmente, una playa comprende una parte constante sumergida, en suave pendiente, que se denomina superficie inframarealanteplaya o playa sumergida. Se trata de la prolongación sumergida de la playa propiamente dicha, su límite inferior. En la playa submarina es donde se desarrollan las praderas de algas, que constituyen excelentes fijaciones de los sedimentos y evitan cualquier erosión de los fondos. Son además el lugar donde se refugian numerosos animales marinos, especialmente en estado larvario y juvenil.

Después de la playa submarina aparece una zona arenosa que sólo se descubre durante la marea baja. Es la playa propiamente dicha, superficie intramareal o la playa anterior. Sus dimensiones dependen, evidentemente, de la amplitud de la marea (cuanto más baje, más margen arenoso queda al descubierto), y de la pendiente de la playa; pero sobre todo de la geología del lugar. Generalmente esta zona suele presentar una suave pendiente.

Finalmente aparece la playa alta o superficie supramareal, formada por arena seca, que se extiende al pie de las dunas litorales cuando éstas existen. Esta parte arenosa está continuamente emergida (salvo durante las grandes mareas vivas o cuando hay grandes temporales y la mar aparece muy agitada). Se caracteriza por carecer de vegetación.

Sobre la playa alta se reparten los escalones paralelos a la línea de ribera. Son el testimonio de las sucesivas ampliaciones en extensión de la playa y desaparecen progresivamente en períodos de erosión. Aparecen teóricamente recubiertos de ondulaciones más o menos simétricas, debidos, en este caso, a la acción del viento, en lugar de a la acción de las olas (como ocurre en la playa submarina), aunque en la playas frecuentadas por bañistas estas estructuras están completamente destruídas y alisadas durante el verano.

El trabajo principal de la marea es en general de acarreo y de depósito de todo lo que trae en suspensión. Las dos corrientes de la marea que penetran por las dos aberturas que bordean la isla, son las que conservando el fondo de la Bahía causan el arrastre de las arenas en la playa. Por esta razón se ve a veces una cantidad de arena recorrer la playa en uno u otro sentido, según que la corriente que penetre por uno u otro lado tenga mayor o menor intensidad.

Figura 1. Perfil de la playa de Ondarreta el 02-10-2014.

La orientación en la entrada del oleaje y de las corrientes marinas en la Bahía de La Concha determinan las zonas de erosión y deposito de la arena (Figura 1). Este es un factor muy variable, sujeto a la climatología y a la meteorología de cada estación del año. El intentar predecir el comportamiento del oleaje, las corrientes y el viento, para los próximos días, semanas, meses o años resulta muy complicado, así como calcular que otros factores sinérgicos y ambientales determinan la dinámica de la arena.

La marea y el oleaje interactúan entre ellos de una forma compleja, y principalmente su interacción se puede resumir en que el oleaje pone en suspensión el material, y las corrientes que produce cuando rompe en las cercanías de la costa son las mayores responsables del transporte de sedimentos en las playas. Las variaciones de los niveles del mar impuestas por la marea modifican la propagación del oleaje y, por lo tanto, en cada momento cambia la magnitud y la dirección del transporte debido al oleaje. Los perfiles de playas con marea significativas son muy distintos de los perfiles de playas sin marea. Las corrientes de marea interactúan con la propagación del oleaje representando una fricción añadida para el oleaje durante la fase de vaciante.

El aporte de materiales es un resultado de las derivas que se deben al carácter oblicuo de las olas con respecto a la costa en su conjunto. A ello deben añadirse las derivas resultantes de una difracción y las que crean corrientes de marea no reversibles o estrictamente opuestas.

Las condiciones del depósito se hallan muy influenciadas por la topografía inmergida próxima a las costas, es decir, por la presencia de obstáculos como los bajíos (bancos o masas de arena o roca conformados por depósitos) o escollos (rocas poco visibles en la superficie del agua). Entonces intervienen, para frenar la capacidad de transporte y forzar el depósito, los fenómenos de refracción, de difracción o de reflexión de los oleajes.

Ante los entrantes, la refracción origina la divergencia de las ondas y su debilitamiento. El chapoteo debido a la reflexión produce el mismo efecto, del mismo modo que la amortiguación de las olas que rodean la punta de un cabo, de una isla o de una escollera. El levantamiento del fondo, en cualquier caso, al disminuir la velocidad de propagación de las olas, contribuye a la formación de depósitos que pueden verse también favorecidos por los campos de algas. También juega un papel importante, la saturación de la corriente de transporte. Así, en las calas y ensenadas se construyen, por abajo, en zonas no previamente descubiertas, superficies de acumulación. Posteriormente las olas rompientes y el viento colaboran a la construcción de la parte superior de la playa.

Las corrientes y el oleaje, que determinan la erosión y la sedimentación de la arena en la bahía de La Concha, están sujetas a los caprichos de la meteorología y a la conjunción de múltiples factores. Las direcciones de procedencias del oleaje pueden ser cíclicas o ser un proceso estocástico y las dominancias pueden variar, lo que define las zonas de erosión o sedimentación de la arena en la bahía, aunque las más frecuentes están comprendidas entre las direcciones W y NW.

El flujo de los sedimentos a lo largo de la costa debe responder a las corrientes y oleajes dominantes en la cornisa cantábrica, que en general responde a dos patrones o modelos distintos:

En primer lugar en los meses invernales, frente a la cornisa cantábrica discurre una corriente W a E que se toma S a N al llegar a la costa francesa. Esta corriente homogénea alcanza su máxima intensidad en noviembre y febrero (en función de los vientos dominantes) con velocidades de un nudo (para distancias superiores a los 100 km.)

El segundo modelo de circulación se produce desde mediados de julio hasta finales de octubre con corrientes de tipo oscilatorio, siempre paralelas a la costa y con un desplazamiento hacia el W en julio y agosto como consecuencia de los vientos dominantes.

En todo caso el cómputo global de corrientes nos da una dominancia de la dirección en las corrientes W-E.

Por otro lado, los vientos dominantes se producen en la dirección que "bloquea" el Levante propuesto. 

El viento de componente norte es el más frecuente. Es posible que abajo en la ciudad y debido a la orientación de la bahía el viento NW, 17,6% de frecuencia en Igeldo, iguale o supere al N. El viento NW es bastante superior en fuerza al N, 20,4 km/h de velocidad media frente a 11,4 km/h. La alta proporción de vientos flojos de componente norte es debida a la brisa diurna que adopta esa dirección. Se observa que de la noche al día el W rola al NW aumentando también la frecuencia de éste. La dirección NE, la de más baja frecuencia nocturna, 2,8% , aumenta también por la brisa a un respetable 7,8% de frecuencia diurna. La brisa diurna es manifiesta también en la disminución de las situaciones de calmas: 10,9% a las 01 GMT y tan sólo 3,3% a las 13 GMT. Esta diferencia muestra por otra parte que la llamada brisa de tierra o brisa nocturna es mucho menos manifiesta. La brisa diurna tiene pues una importancia considerable, su componente principal es norte y su velocidad preponderante de fuerza 2.

Aunque el viento N sea globalmente más frecuente que el S, éste es más veloz. 22,1 km/h frente a 11,4 km/h. El viento S es muy fuerte, superior a 50 km/h, alcanza una frecuencia del 2,0% frente al 0,8% del viento NW y el 0.3% del viento N. Además, de noche, el viento más frecuente es el S, 22,1 % de frecuencia.

Los vientos menos frecuentes son los de dirección E, tan sólo 4,4% de noche y 2,0% de día, y su velocidad media es también la menor, 7,2 km/h.

En la época invernal se observa que el oleaje más frecuente se encuentra comprendido entre 1,5 y 2 metros de altura de ola, con período próximo a los 14 segundos. En primavera y otoño, el oleaje más frecuente es de 1,5 metros de altura y 12 segundos de período. Mientras que, en verano, la altura y periodo del oleaje más probable se reduce a 1 metro y 10 segundos, respectivamente (www.puertos.es).

En la playa de Ondarreta la distribución de altura de ola varía mucho con la marea, así en marea baja la altura disminuye paulatinamente hacia el Oeste hasta ser prácticamente nula en la zona del “Muro del Tenis”, mientras que en marea alta las alturas de ola son similares en ambos extremos con alturas inferiores en la zona central.

La influencia del oleaje en la configuración de las playas es evidente. Cuando se producen tempestades o soplan vientos fuertes del mar (Figura 2), -generalmente durante el invierno-, las aguas marinas más agitadas son capaces de desplegar mayor energía y pueden poner en movimiento una parte de los materiales de una playa, originando su "adelgazamiento". Su perfil desciende a veces hasta arrancar el sustrato, que en unas zonas puede ser rocoso y en otras fangoso. Por el contrario, un período de tiempo tranquilo y de viento de la tierra, permite un "engrosamiento" y la elevación del perfil de conjunto.

Por este motivo la mayoría de las playas del País Vasco, durante el invierno sufren una considerable pérdida de arena, que es recuperada al llegar la primavera. La misma mar que se la lleva, la devuelve posteriormente restableciendo en nivel de arena en pocos meses.

Pero los oleajes intervienen de forma más importante y con mayor frecuencia para justificar la orientación de las playas. Es muy importante observar que las playas tienden a orientarse perpendicularmente al oleaje dominante. Es posible, en cualquier caso, observar que esta formulación es ligeramente ambigua. En efecto, no siempre es fácil definir y "orientar" el oleaje dominante en función de las discordancias entre efectos de los oleajes lejanos y circulación atmosférica local, y los fenómenos de refracción, etc.

Figura 2. Ondarreta durante el temporal de febrero de 2014 (02-02-2014).

Cuando el oleaje alcanza la costa forma distintos tipos de olas que dependen de la pendiente de la ola y de las condiciones de inclinación del fondo cerca de la playa. Si la inclinación es relativamente suave, de menos de tres grados, la ola romperá y formará una rompiente en derrame, es decir, una ola muy pendiente que empieza a romper en la cresta y sigue rompiendo mientras se dirige a la playa. Este tipo de rompientes son las más comunes y además, proporcionan buenas olas para hacer surf.


Figura 3. Rompiente en derrame en la playa de La Concha (27-05-2015).



Vídeo 1. Rompiente en derrame en la playa de La Concha (27-05-2015).

Otra manera que tienen las olas de romper en la playa es la denominada "rompiente sumergida". Se produce cuando la inclinación del suelo de la playa oscila entre 3 y 11 grados y la cresta de la ola se riza formando un tubo de agua. Al romper ésta, este tubo se precipita hacia el fondo por debajo de ella removiendo los sedimentos. Estas olas son las más peligrosas y las que causan más daños porque su energía se concentra donde rompe.

La playa de La Concha tiene unas orillas tendidas en verano, con una inclinación relativamente suave, de menos de tres grados, por lo que se formará la denominada "rompiente en derrame". Desde donde revienta la ola hasta el punto máximo que alcanza en la playa (donde muere finalmente la ola) se produce una franja que supera los 40 m de anchura (Figura 3 y Vídeo 1). En inviernos suaves esta rompiente se mantendrá en el sector oriental de la playa, mientras que en el sector occidental el oleaje invernal impacta contra el muro de contención de la ladera bajo Miraconcha (entre La Perla y Loretopea), lo que provoca turbulencias que levantan la arena y corrientes reflejantes que arrastran la arena hacia el interior de la Bahía, produciéndose de este modo una erosión invernal del tramo occidental de la playa (Figuras 4 y 5). En inviernos con oleajes energéticos, este proceso erosivo alcanza también de manera similar el sector oriental (zona de voladizos) erosionando la playa en su conjunto, originando su adelgazamiento y restando playa seca en pleamares.

Figura 4. En febrero de 2014 la cota de arena de la playa de La Concha descendió unos 3 m (16-02-2015).



Figura 5. Quedaron al descubierto los cimientos del muro de costa del sector occidental (16-02-2015).

Por el contrario, la playa de Ondarreta tiene unas orillas con talud pronunciado en verano, con una inclinación del suelo que oscila entre 3 y 11 grados, por lo que se formará la denominada "rompiente sumergida". Desde donde revienta la ola hasta el punto máximo que alcanza en la playa (donde muere finalmente la ola) se produce una franja que apenas supera los 12-15 m de anchura (Figura 6 y Vídeo 2). La cresta de la ola se riza formando un tubo de agua. Al romper ésta, este tubo se precipita hacia el fondo por debajo de ella removiendo los sedimentos. Este proceso se acentúa en pleamar, con olas inferiores a 1 m de altura, tanto con mareas vivas como poco activas. Las marejadas estivales acercan de nuevo la arena desde el interior de la Bahía hasta la orilla de Ondarreta, engrosando significativamente su perfil. En invierno, el oleaje es capaz de desplegar mayor energía y puede poner en movimiento los materiales de la zona alta de la playa que son arrastrados hacia la orilla, originando el adelgazamiento de la zona alta, lo que genera un talud más tendido y una inclinación del suelo inferior del conjunto de la playa.

Figura 6. Rompiente sumergida en la playa de Ondarreta (27-05-2015).


Vídeo 2. Rompiente sumergida en la playa de Ondarreta (27-05-2015).

De este modo, en invierno el perfil de playa de Ondarreta tiende a ser suave y de carácter disipativo, mientras que en verano la pendiente tiende a aumentar confiriendo a la playa un carácter reflejante.

Asimismo, desde hace décadas los pescadores y mariscadores del barrio del Antiguo conocen que la fase lunar tiene gran importancia en la dinámica de la arena (Goenaga, com. pers.). En verano, con mareas vivas y marejada la arena se desplaza del centro de la Bahía hacia la orilla de Ondarreta (tapando los cascotes), mientras que con mareas muertas y marejada la orilla de Ondarreta se erosiona (aflorando los cascotes), y la arena se desplaza hacia el interior de la Bahía y hacia el extremo occidental de La Concha. La explicación es sencilla, con mareas vivas y marejada en verano, en marea alta la fuerza del mar tiene la suficiente energía como para alcanzar la zona alta de la playa más cercana a la orilla (la franja de arena seca entre la primera línea de parasoles y la arena húmeda), disipando su energía de impacto y arrastrando en la bajada de la ola la arena, del borde de la zona alta hacia la orilla. Con la entrada de la ola también se arrastra arena desde el centro de la Bahía hacia la orilla. Por el contrario, con mareas muertas y marejada en verano, en marea alta la fuerza del mar rebota con toda su energía en la ladera o talud pronunciado (carácter reflejante), formando la denominada "rompiente sumergida" y erosionando la orilla. Por eso que se produce en verano ese talud pronunciado en el límite superior de las mareas en Ondarreta. Este es un proceso de dinámica natural de la arena, que también afecta al extremo más occidental de la zona de la orilla de la rasa mareal o flysch de Ondarreta, tapando o destapando con arena parte de la zona de rocas cercana al muro del Tenis.

Los estudios enfocados a analizar exclusivamente la topografía y la batimetría, así como el movimiento o distribución de la arena con medidas de los niveles, parten con un planteamiento inicial incorrecto y con conclusiones preconcebidas, limitándose a una investigación teórica sin posibles aplicaciones prácticas, donde la supuesta falta de arena dejaría al descubierto un lecho de piedras considerado natural, “la base de gravas de la playa”, para lo que se proponen medidas provisionales como realizar aportes de arena para cubrir de manera temporal las piedras.

La presencia de un manto protector de arena disipa la energía de los temporales del Cantábrico. La retirada de arena de la zona alta de la playa de Ondarreta para tapar las piedras de la orilla, rebajando la barrera de protección actual, podría comprometer la estabilidad del paseo de los jardines (cota +5 m), diseñado a cota de 7 m inferior al paseo de La Concha (cota +12 m), y afectar a las instalaciones fijas como paseo, cabinas, escaleras y rampas de acceso (Figura 7).

Para poder interpretar la dinámica natural de la masa de arena en la bahía de La Concha se tendría que realizar un seguimiento a largo plazo, mejor que durante unos pocos años o incluso meses, y no realizar modificaciones antrópicas constantes del medio que falsean los resultados, con aportes o movimientos arbitrarios de arena, que además alteran de manera artificial el equilibrio dinámico natural de la playa. Pero incluso realizando un monitoreo correcto, se considera que las conclusiones reflejarían que la arena va y viene de manera impredecible, y cambia brutalmente la fisionomía de la playa, con ciclos indeterminados, al ritmo de las olas y los temporales.

El intentar vaticinar de que manera se van a comportar el oleaje y las corrientes marinas desde primavera hasta finales de verano resulta precipitado, y como en predicciones de años anteriores (2012-2015) condenado al fracaso (Figura 7), en todo caso habría que consultar a "las témporas", porque más importante que las marejadas que se hayan producido o no durante el invierno es conocer el estado de la mar para los meses estivales, lo que provocará que afloren más o menos escombros.

Figura 7. Perfil anormal de la playa de Ondarreta posterior a los traslados de arena de mayo de 2014 (14-07-14).

Eso es un efecto inevitable, por mucho que se viertan capas de arena en la orilla, antes o después, y generalmente en pocos días o semanas, la acción del mar retira esa capa de arena sobrante de la orilla y la playa adquiere el perfil que de manera natural le corresponde.

Pero el problema no es la distribución de la arena, el problema son los escombros que antes o después siempre afloran, al ser elementos extraños que ocupan un lugar que no les corresponde en este enclave. En definitiva, la playa tiene un exceso de acumulación de escombros que por medios naturales es incapaz de asimilar.

En las medidas que recomienda la Sociedad de Ciencias Aranzadi, se parte de la premisa de que los escombros son residuos pétreos (cascotes) que hay que retirar para recuperar el equilibrio y la dinámica natural de la playa, sin alterar artificialmente el equilibrio natural de la playa como hasta ahora (2012-2015), realizando movimientos de arena anuales, para tapar los residuos y retrasar su afloramiento en superficie.

En definitiva, Aranzadi propone una medida eficaz y definitiva para solucionar el problema de las piedras molestas, ante la alternativa anual y transitoria que repetidamente ha demostrado ser ineficaz.

Propuesta de Actuación de Aranzadi (2013-2015):

La Propuesta de Actuación, respetuosa con el medio ambiente y ajustada a los recursos económicos actuales, propone la retirada paulatina y repetida en el tiempo, mecánica o manual, de todas las piedras molestas que afloren integrada en el propio servicio de mantenimiento de la playa, a diario tanto en invierno como en verano, cuando el nivel de la marea lo permita.

En el mercado existe maquinaria agrícola, las despedregadoras, aperos acoplables a los tractores del servicio de limpieza de playas que podrían facilitar dicha labor superficial de cribado. La tarea habría que prolongarla de manera intensiva durante un período inicial de 3-5 años, para asegurar la retirada de la mayor parte de los escombros que afloran.

Una vez realizada esta limpia se debería reperfilar la playa por empuje de la arena mediante máquinas topadoras (bulldozers), asemejando un perfil natural suave y de carácter disipativo, con suave pendiente continua desde la cota +4 m cercana al paseo (cota +5 m) hasta el límite inferior de la orilla con marea equinoccial de 0.00 m. Se pretende que la la playa anterior u orilla con influencia intermareal de Ondarreta tenga una inclinación relativamente más suave, una pendiente de menos de tres grados, para que la ola cuando rompa forme una "rompiente en derrame", para que la rompiente de la ola, desde donde revienta la ola hasta el punto máximo que alcanza en la playa (donde muere finalmente la ola), tenga una franja con una anchura mayor que disipe la energía y en verano erosione menos la orilla de Ondarreta, con un efecto similar al tipo de rompiente que se produce en la playa de La Concha.

Con esta acción de remover horizontes profundos es probable que aparecieran nuevas piedras (cascotes), que permanecen sepultadas en la zona alta de la playa bajo la capa superior de la arena (residuos del antiguo campo de maniobras), y que por supuesto también convendría retirar. Tras eliminar las piedras que afloren en la playa, habría que permitir que la dinámica natural de la playa siguiera su curso. El objetivo principal de la restauración sería restablecer los procesos y funciones ecológicas de la playa de Ondarreta, de tal manera que permitan el mantenimiento de un ecosistema autosuficiente integrado en el territorio.

BIBLIOGRAFIA:

CEDEX. 2012. Seguimiento de las playas de La Concha y de Ondarreta (San Sebastián) octubre 2010-2011. Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas. Informe Técnico para el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Secretaría de Estado de Medio Ambiente. Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar. Madrid, 2012.

IBAÑEZ, M. 1985. Oceanografía del Golfo de Vizcaya (en especial referida a la Costa Vasca). Eusko Ikaskuntza. Cuadernos de Sección. Historia-Geografía,. Nº 5; pp. 177-222.

IZAGUIRRE, R. 1933. Apuntes de historia donostiarra. Estudios acerca de la bahía de San Sebastián (Transformaciones, reformas y proyectos). Publicaciones de la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa. Editorial Vasconia. Pasajes de San Pedro.

PEREZ, F. P. 2004. Playas del País Vasco. ADEVE (Cristina Ruiz Urionabarrenetxea). Editor Petronor, 293 pp.

URIARTE, A. (1983): “Frecuencias del viento en Igueldo (San Sebastián) según su dirección y fuerza”, Lurralde, 6, pp. 81- 92.

URIARTE, A.; GALPARSORO, I.; GONZÁLEZ, M.; GYSSELS, P.; LIRIA, P.; CASTRO, R. & SANTIAGO, Z. 2004. Estudio de la evolución a corto, medio y largo plazo de la playa de Ondarreta (Donostia-San Sebastián) y diseño óptimo de conservación. Fundación Azti para Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián. Pasaia, 2004.

viernes, 12 de junio de 2015

A pedradas con las piedras de Ondarreta

Proyecto de Costas de refuerzo del muro del Tenis mediante una escollera y una elevación del espigón en Ondarreta

En los sistemas litorales, siempre que no se produzca una alteración externa (antrópica o natural), se tiende a una situación de equilibrio, pero ese equilibrio no es estático, es un equilibrio dinámico.


Un análisis incorrecto de la situación real en la que se encontraba la playa, ha derivado en el último decenio en una nefasta gestión de los recursos disponibles para el mantenimiento del arenal de Ondarreta. Cuando para la interpretación de un problema se parte de resultados preconcebidos, considerando a priori que existe una fuga de arena unidireccional hacia el exterior del sistema compuesto por el conjunto de la Bahía de La Concha, la resolución se complica tanto que el tema adquiere tintes de "cuestión de Estado" (El País, 27-06-2014).


En este sentido, el CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas) a solicitud de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, realizó un SEGUIMIENTO DE LAS PLAYAS DE LA CONCHA Y ONDARRETA (SAN SEBASTIÁN) OCTUBRE 2010-2011 (CEDEX, 2012) basado en campañas de toma de datos topográficos y batimétricos, así como análisis granulométricos de muestras de arena.

El resumen final de dicho estudio indica que la playa de La Concha, gana superficie de playa seca y volumen de árido en la misma zona, tanto en el ciclo invernal como en el veraniego. Esta situación es consecuencia probable del aporte de árido realizado.

Por el contrario la playa de Ondarreta, a pesar de ese aporte, pierde tanto superficie de playa como volumen de árido independientemente de cual sea el ciclo comparado.

La playa de Ondarreta sigue con problemas globales de erosión, ya que la recarga del árido efectuada no parece haber servido para solucionar el problema. Pero en esta ocasión se hace notar que la erosión de la zona sumergida de la playa de La Concha supera a las acumulaciones existentes en la playa emergida. La Concha en este ciclo presenta una tendencia erosiva que habrá que ver si se mantiene a más largo plazo.

Como consecuencia de estos estudios, el CEDEX ha propuesto y la Dirección de Costas ha planteado una escollera en el muro del Tenis para frenar la fuga de arena en Ondarreta:




La actuación sería similar a la que se llevó a cabo en 2011 en el dique exterior (Mollaberri) del Puerto donostiarra (Figura 1) y que según parecía había provocado un "preocupante" aumento de arena en la zona del Náutico en el cuatrienio posterior, ya que se le quitaba mucha energía a la ola y todo el sistema que es la Bahía bascula hacia allí (Galparsoro & Beldarrain, com. pers.). Aunque la dinámica de la arena es impredecible, y las corrientes marinas desenterraron en primavera de 2015 la pequeña escollera y la zapata de mampostería a pie del muro de costa de Alderdi Eder (Figura 2). En teoría, cualquier intervención en un punto de la bahía de La Concha afecta a lo que ocurre en el conjunto. Los técnicos municipales y los de Azti sospechaban que esta escollera del Puerto había podido restar energía a las corrientes que en invierno trasladan arena desde el Pico del Loro hacia el Tenis.

En este sentido, no se tuvo en consideración para tales afirmaciones que en el año 2010 se realizó una recarga de 21.100 m3 de arena en Ondarreta y de un volumen similar en el extremo oriental de la playa de La Concha (justo frente a Alderdi Eder) provenientes respectivamente de la 4ª y 5ª planta de aparcamiento de la plaza Cervantes, con la pretensión de paliar la supuesta escasez de arena en las playas emergidas de La Concha y Ondarreta, lo que supuso un aporte extra de unos 42.000 m3 de arena en el conjunto de la Bahía, y cuyo excedente en la actualidad probablemente esté depositado y repartido en varias zonas sumergidas de la Bahía.


La retirada de “El Pasillo” y la regeneración a su estado natural de la rasa mareal, probablemente aumentaría la fuerza de la entrada del oleaje en el extremo occidental de la Bahía y repercutiría en la dinámica de la arena (esta mayor fuerza de entrada del oleaje que movilice la arena de la zona alta de la playa es lo que propone Azti).

El actual dique o rompeolas, parte por el medio los estratos naturales de la plataforma de abrasión y altera la dinámica natural del litoral. La ola u onda corredera del Tenis se forma en la misma punta del Peine del Viento y se desliza hacia la orilla apoyada sobre el muro de costa.

El rompeolas retiene la energía cinética, eleva la masa de agua y la transforma en una ola recargada con energía potencial gravitatoria, más peligrosa, y que además retrasa su rompiente en unos 50 m, acercando su peligro a la Rampa del Tenis contra la que impacta con más virulencia, generando incluso su derrumbe (2009).

Los brotes de contaminación del verano podrían tener su origen más probable en los vertidos ilegales de los estanques de aguas residuales de algún barco concreto fondeado en la Bahía (o puerto donostiarra), y las corrientes litorales concentran la polución en la zona del Tenis, donde el agua insalubre se encuentra más estancada al abrigo del dique que impide la entrada de las corrientes marinas que la sanean.

Asimismo, con la eliminación de esta estructura en ruinas, la entrada natural de las corrientes cubriría con más arena los cascotes de la zona intermareal de la playa, tal y como sucede en los inviernos más enérgicos. Por contra, es conocido que la mar en calma provoca que afloren las piedras antrópicas molestas como sucede en verano.

Figura 1. Escollera de Mollaberri (2011).

Figura 2. Escollera y zapata de mampostería a pie de muro de Alderdi Eder.

En realidad el proyecto consiste en dos intervenciones (Figura 3a y 3b), que una sería un refuerzo del muro del Tenis mediante una escollera, y la otra una recrecimiento o elevación (hasta 2,5 m de altura y 5 m de anchura) del espigón, dique semisumergido o "El Pasillo" actual de Ondarreta (Figura 7), que sufrió un fuerte deterioro hace unos 15 años cuando se abrió una zanja con una mini-retroexcavadora en toda su longitud, para la colocación de canalizaciones que llegaran hasta la Isla de Santa Clara, lo que ha motivado su posterior erosión acelerada (Amiano, com. pers.).

Figura 3a. Proyecto de la escollera y reconstrucción del espigón (CEDEX, 2013).

Figura 3b. Proyecto de mejora para la estabilidad de la playa de Ondarreta (Diario Vasco, 05-09-2015).

La más espectacular sería la disposición de una escollera de bloques de piedra junto al muro de costa en una longitud de 209 metros. Estos bloques de 18 toneladas se colocarían en la misma rasa mareal hasta una altura de 5,5 metros de altura (el pretil del paseo Eduardo Chillida está a cota 7,5 metros).

El refuerzo del muro del Tenis mediante la construcción de una escollera tendría la finalidad principal de protección del muro de costa, para evitar episodios como los acontecidos en octubre-noviembre de 2013, cuando unos desperfectos en el muro acabaron convirtiéndose en un gran socavón en el paseo del Tenis (Figuras 4 y 5), y los destrozos en el pretil del muro del Tenis durante los temporales de febrero de 2014.

La celeridad en las actuaciones de reparación de los muros de costa es fundamental, para que el agua no continúe horadando las estructuras y acabe por derribarlas. De este modo, los militares del campo de maniobras mantenían el muro de contención principal que se desplazó y derrumbó en varias ocasiones (Egaña, 2012). Al ser arreglos urgentes, generalmente se reparaban con ladrillos macizos u otros materiales de construcción disponibles, cuyos cascotes hoy en día se pueden apreciar distribuidos entre los escombros del pedregal de Ondarreta.


Figura 4. Técnicos municipales inspeccionando los destrozos del muro del Tenis (24-10-2013).

Figura 5. El desperfecto del muro de costa convertido en gran socavón (02-11-2013).

La propuesta de elevación del espigón se basa en un proyecto anterior redactado por Ramón Iribarren Cavanilles del CEDEX, titulado "Proyecto de ampliación y mejora de las playas de la Concha de San Sebastián" de 1950 (Figura 6).

Figura 6. Proyecto de mejora de las playas de la Concha de San Sebastián (1950).

La preocupación por la falta de espacio en la playas, llevó a estudiar el problema. La solución que veía Iribarren, una figura de prestigio mundial en la técnica de puertos y playas, consistía en unir Ondarreta con la isla de Santa Clara por medio de una pequeña escollera asentada sobre la que en el siglo XIX comenzó a hacerse en esta zona. La idea del fallecido ingeniero, apenas esbozada, levantó airadas protestas, y el problema, que no era tan acuciante en aquel entonces, quedo relegado. Hoy día las soluciones de ganar playas en las bahías cerrando alguno de sus lados están técnicamente descartadas por razones de salubridad (ABC, 16-08-1969).

Figura 7. Espigón entre el Tenis y la Isla de Santa Clara.

El dique semisumergido del Tenis “El Pasillo” fue construido en 1916 por el Ayuntamiento de San Sebastián, en un intento de cerrar la bocana occidental de la bahía de La Concha, entre el monte Igeldo y la isla de Santa Clara, y convertir en puerto la totalidad de la Bahía (DUA, signatura: H-02185-14), aunque como pretexto su promotor argumentaba que también beneficiaría la sedimentación de la arena en las playas. El objetivo se abandonó por su alto coste, problemas técnicos, carecer de la pertinentes autorizaciones ministeriales y sobre todo por el rechazo popular de la obra a la que se opuso incluso la Reina María Cristina (Diario Vasco, 02-03-2008). Si este proyecto se hubiese materializado, existía incluso un proyecto para proseguir con la ocupación y urbanizar de inmediato toda la plataforma de abrasión litoral (DUA, signatura: H-01998-03).


La estructura tiene una longitud de 108 m y se eleva 1 m sobre la rasa intermareal de Ondarreta. El dique tiene una sección trapezoidal con 3 m en la base y 2,5 m en la cúspide, y atraviesa de oeste a este los estratos con mayor valor geológico de la plataforma de abrasión marina o litoral de este enclave (Figura 7).


En este sentido, también hubo intentos previos de cierre con escollera (1821), ya que el municipio de Pasajes se había independizado de San Sebastián pocos años antes (1805) y un puerto se consideraba una infraestructura fundamental para la ciudad. La construcción del rompeolas se quedó a medio camino a la isla, nunca llegó a completarse. El objetivo se abandonó por el coste y por los problemas técnicos, dado que la altura de la infraestructura tendría que ser muy elevada, para proteger no solo del mar sino también del viento a los barcos que entonces eran a vela.


Además, el proyecto prevé reforzar la base del muro de costa mediante un pequeño zócalo de hormigón a lo largo de 290 metros. Finalmente se contempla un movimiento de arena en la playa de Ondarreta de 50.000 m3.


En todo caso, el Ayuntamiento quiere estar muy seguro antes de dar el visto bueno a una actuación de este tipo. Tanto el anterior Gobierno Municipal como Azti creían que lo ideal sería "modelizar" la Bahía (comprobar los efectos de una determinada actuación mediante la reproducción de las condiciones en maquetas a escala) un trabajo que solicitaron que realizara el CEDEX para el Ministerio de Medio Ambiente.



Una vez en la oposición, y sin el estudio definitivo solicitado de las consecuencias que tendría dicha actuación, la coalición EH Bildu califica como "una barbaridad" el proyecto e informa que cuenta también con el rechazo de Azti, porque en su opinión estas medidas provocarían un efecto bañera en la bahía, tendrían un impacto visual en el paisaje y no hay garantías de que acaben con las piedras.


El gobierno municipal vigente se abre a la posibilidad de colocar una escollera en el muro del tenis como solución para eliminar las piedras de Ondarreta. El proyecto lo viene elaborando Costas desde hace dos años y la novedad es que los actuales responsables municipales se muestran dispuestos a estudiarlo, frente a las reticencias que mostró el anterior ejecutivo local.


El proyecto de escollera en el muro de Ondarreta junto a un recrecimiento del dique existente entre el paseo de Tenis y la isla, produciría una mayor presencia de arena en la parte baja occidental de la playa (bajo la falda del monte Igeldo) y generaría un «déficit sedimentario» en Loretopea (Pico del Loro) que debería ser compensado con un aporte externo de arena de entre 15.000 y 20.000 m3. Son las conclusiones principales a las que llega el Estudio en modelo físico 3D de fondo móvil del Proyecto de Mejora de la playa de Ondarreta, elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) para la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar (Costas) del Ministerio de Medio Ambiente.


La construcción de una escollera en el muro del Tenis tendría una afección directa a la rasa mareal flysch de Ondarreta, con un impacto ambiental y paisajístico irreparables, así como un perjuicio a las actividades deportivas que se desarrollan en este entorno en la actualidad, como el surf, el buceo, la pesca deportiva desde el muro del Tenis o el propio marisqueo. El recrecimiento del dique entre el Tenis y la Isla hasta la cota 2,5 metros haría este elemento «visible incluso en marea alta» y, sobre todo, se considera que estas medidas no solucionarían el problema de las piedras, que se deben quitar sin más porque tienen un origen no natural, dado que la acumulación de arena se produciría en el flysch y no en el centro de la orilla, que es donde están los cascotes (Diario Vasco, 05-09-2015).


La rasa intermareal o formación geológica denominada flysch de Ondarreta, con sus acantilados y rocas naturales asociadas, es un fenómeno geológico singular de la Bahía de La Concha a conservar (Lugar de Interés Geológico “LIG 89” y dotado de “Especial Protección Estricta” en el Plan Territorial Sectorial de Protección y Ordenación del Litoral Vascoque suma un atractivo más a esta playa.


Asimismo, se reconoce que estas infraestructuras serían incapaces de solucionar el problema de las piedras molestas de Ondarreta, por lo que además de plantear esta escollera, Costas ha pedido al Ayuntamiento que lleve a cabo una importante actuación de retirada de las piedras en Ondarreta, algo parecido a lo que propone la Sociedad de Ciencias Aranzadi.



Para informarse mejor sobre proyectos disparatados, que quisieron imponer el hormigón craneal de algunos "iluminados" a las neuronas de los humanos, se recomienda leer el libro ilustrativo de Fermín Muñoz Echabeguren "SAN SEBASTIÁN LA HISTORIA DESCONOCIDA Hombres y proyectos que quisieron cambiar la ciudad 1857-1966", Editorial Txertoa (2004).


sábado, 23 de mayo de 2015

Maquillando la playa de Ondarreta para el verano



El titular muy acertado, maquillando, no curando de su cáncer…



No se solucionara el problema de las piedras molestas de la Playa de Ondarreta hasta que no se asuma que la arena no es problema, el problema es la acumulación de escombros que hay que retirar.


El ser humano es el único animal que tropieza repetidamente en la misma piedra...


Donostia, entre piedras y arena


http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2015/05/23/politica/hauteskundeak-2015/donostia-entre-piedras-y-arena

Las medidas que recomienda la Sociedad de Ciencias Aranzadi no son más agresivas, al contrario, se parte de la premisa de que los escombros son residuos que hay que retirar para recuperar el equilibrio y la dinámica natural de la playa.

Por su parte Azti Tecnalia plantea alterar artificialmente el equilibrio natural de la playa, realizando movimientos de arena anuales, para tapar los residuos y retrasar su afloramiento en superficie.

En definitiva, Aranzadi propone una medida eficaz y definitiva para solucionar el problema de las piedras molestas, ante la alternativa anual y transitoria de Azti que repetidamente ha demostrado ser ineficaz.

viernes, 8 de mayo de 2015

Declaración de la calidad del suelo de la playa de Ondarreta

Declaración de la Calidad del Suelo para Ondarreta


En la 58ª Reunión del Consejo Asesor de Medio Ambiente, celebrada el 9 de abril de 2014, el representante de Aranzadi realizó una presentación en relación al tema de calidad de suelos, y sobre la presencia de piedras en dicha playa y la gestión por parte del ayuntamiento. Ante la pregunta de si estimaba que existía un riesgo real en relación a la calidad del suelo en Ondarreta, el representante de Aranzadi contestó que existe la posibilidad de una alteración o incluso una contaminación del suelo, ya que la playa albergó un campo de maniobras del ejército, y sugirió que se debería hacer una Declaración de la Calidad del Suelo.



La concejala de Servicios Urbanos, Nora Galparsoro, anunció el 1 de octubre que el Ayuntamiento encargará en otoño un estudio de los estratos de Ondarreta para conocer el volumen de piedras que hay bajo la arena. La empresa a la que se encargará el informe contará con la supervisión de técnicos de Azti, quienes analizarán los datos recogidos y recomendarán las medidas a tomar para su retirada efectiva.


En la 60ª Reunión del Consejo Asesor de Medio Ambiente, celebrada el 2 de octubre de 2014, el representante de Aranzadi, a raíz de la noticia aparecida en los periódicos sobre la contratación de un estudio de volumetría de los escombros en la playa de Ondarreta, solicitó que se contrate a una empresa independiente avalada por Ihobe y que en el mismo estudio se analice la calidad del suelo, para posteriormente remitir a Ihobe como órgano competente en este tema.

Ondarretako Lurzoruaren Kalitatearen Adierazpena


2014ko apirilaren 9an ospaturiko Ingurumenaren Aholku Kontseiluaren 58. bileran Aranzadiko ordezkariak hondartzako lurzoruen kalitatearen gaiaren eta bertan harriak egotearen eta udalaren kudeaketaren inguruko aurkezpena egin zuen. Ondarretako lurzoru-kalitatearen inguruan benetako arriskurik dagoela ikusten ahal zuen galderari erantzunez, Aranzadiko ordezkariak lurzorua erandatua edo kutsatuta egoteko aukera dagoela azaldu zuen, hondartzan ajerzitoaren maniobretarako zelai bat egon zelako, eta Lurzoruaren Kalitatearen Adierazpena egin beharko zela azpimarratu zuen.



Udal Zerbitzuetako zinegotzia den Nora Galparsorok urriak 1ean iragarri zuenez, Udalak udazkenean Ondarretako estratuen azterketa bat enkargatuko zutela, hondarraren azpian izkutatzen den hondakin-harrien bolumena ezagutzeko. Txostena idatziko duen enpresak Azti-ko teknikarien gainbegirada izango du, eta azken hauek jasotako datuak aztertuko dituzte eta hondakin-harrien kentzea eraginkorra izateko hartu beharko diren neurriak gomendatuko dituzte.


2014ko urriaren 2an ospaturiko Ingurumenaren Aholku Kontseiluaren 60. bileran, Aranzadiko ordezkariak, Ondarretako hondakin-harrien azterketa bolumetrikoa egingo delakoaren albistea zela eta, kontratatuko den empresa erabat independientea, Ihobe-ren babesa izatea eta ikerketa berean lurzoruaren kalitatea aztertzea eskatu zuen, geroago Ihobe-ri txostena bidaltzeko gaitasuna duen erakunde bakarra delako.


DECLARACIÓN DE LA CALIDAD DEL SUELO DE LA PLAYA DE ONDARRETA

La aparición de piedras molestas en la playa de Ondarreta es un fenómeno cíclico, principalmente estival, con reaparición periódica anual en las últimas décadas. Esta situación está generando incomodidades e incluso problemas de salud por lesiones a los usuarios de la playa, que en masa se desplazan al extremo oriental para bañarse, y está causando un perjuicio al turismo al rebajar la calidad medio ambiental de la playa de Ondarreta. Por el contrario, la rasa mareal o formación geológica denominada flysch de Ondarreta, con sus acantilados y rocas naturales asociadas, es un fenómeno geológico singular de la Bahía de La Concha a conservar (Lugar de Interés Geológico “LIG 89” y dotado de “Protección Estricta” en el Plan Territorial Sectorial del Litoral Vasco) que suma un atractivo más a esta playa.

Desde hace una década, el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián, el Servicio Provincial de Costas de Gipuzkoa, como principales gestores de las playas donostiarras, y diversas entidades interesadas públicas o privadas, realizan estudios para preservar el uso lúdico de la playa de Ondarreta y reducir el problema de la aparición de las piedras durante el verano.

Las conclusiones generales de los análisis determinan que casi la totalidad de las piedras molestas que afloran en el arenal de Ondarreta tienen un origen antrópico, y que en realidad se tratan de escombros generados por actividades humanas realizadas en el entorno sobre todo en los últimos 140 años. Aproximadamente el 90-95% de los escombros son consecuencia de una actividad concreta; el campo de maniobras para la instrucción del ejército que se instaló en Ondarreta en 1873 y que, destrozado por el azote del mar y abandonado desde 1922, todavía no ha sido desmantelado.

La calidad del suelo en la Comunidad Autónoma del País Vasco está regulada por la Ley 1/2005, de 4 de febrero, para la prevención y corrección de la contaminación del suelo. En el anexo II de esta ley se especifican las actividades e instalaciones potencialmente contaminantes del suelo, susceptibles de causar con mayor frecuencia la alteración o contaminación del suelo. En el CNAE 75.22 se describe la actividad de “Defensa”, por lo que en la playa de Ondarreta podría existir un posible riesgo o probabilidad de que un contaminante presente en el suelo entre en contacto con algún receptor, con consecuencias adversas para la salud de las personas o el medio ambiente (Art. 2). En términos de protección de la salud humana, se asume, para sustancias cancerígenas, que una situación de riesgo aceptable es aquella en que la frecuencia esperada de aparición de cáncer en la población expuesta no excede de uno por cada cien mil casos.

Un suelo alterado sería todo suelo en el cual se identifiquen concentraciones de sustancias que superen los valores indicativos de evaluación B (VIE-B) que se especifican en el anexo I de la Ley 1/2005, o aquellos valores referidos a concentraciones de otras sustancias químicas obtenidos de acuerdo con el método que se establezca reglamentariamente, y que no tenga la consideración, a los efectos de esta ley, de suelo contaminado por no suponer un riesgo inaceptable. El valor indicativo de evaluación B (VIE-B), es el estándar que indica la concentración de una sustancia en el suelo por encima de la cual el suelo está alterado y existe la posibilidad de que esté contaminado, extremo para cuya confirmación se requerirá la realización de un análisis de riesgos. VIE-B se define para los distintos usos del suelo, y una playa se asimila a un “área de juego infantil”. Para el cálculo de los valores indicativos de evaluación B para uso «área de juego infantil» se han consideran las siguientes vías de exposición relevantes: inhalación de partículas de suelo, inhalación de vapores del suelo en el exterior, ingestión de suelo y contacto dérmico con el suelo.



La protección del suelo constituye un deber básico de las personas físicas o jurídicas poseedoras de suelos y de quienes sean sus propietarias, que conlleva la obligación de conocer y controlar la calidad del suelo, así como de adoptar medidas preventivas, de defensa, de recuperación y de control y seguimiento, en los casos que determine la Ley 1/2005 (Art. 5).

En el ejercicio de competencias en materia de prevención y corrección de la contaminación del suelo, corresponde a las instituciones comunes de la Comunidad Autónoma del País Vasco la elaboración, aprobación y ejecución de la normativa en materia de investigación, prevención y corrección de la contaminación del suelo en el marco de lo establecido en la Ley 3/1998, de 27 de febrero, General de Protección del Medio Ambiente, y en la Ley 1/2005, así como la ejecución y el desarrollo de la normativa básica del Estado en dicha materia.

Asimismo, corresponde a los municipios ejercer las competencias reconocidas por la Ley 3/1998, de 27 de febrero, General de Protección del Medio Ambiente, las atribuidas por la Ley 1/2005 y las que les atribuya el resto de la legislación autonómica o cualquier otra legislación que pudiera resultar aplicable (Art. 4).

Las medidas de control y seguimiento podrán imponerse mediante resolución motivada y con determinación de sus responsables, en relación con aquellos suelos que, aun no soportando en la actualidad actividades o instalaciones potencialmente contaminantes, hayan podido verse afectados en el pasado por dichas actividades o instalaciones o por acciones contaminantes provenientes de suelos colindantes.

Del mismo modo, las medidas de control y seguimiento podrán imponerse en la resolución que declare la calidad del suelo cuyo contenido se regula en el artículo 23 de la Ley 1/2005 o por resolución motivada, con independencia de los procedimientos previstos en los apartados anteriores y por razones de urgencia y excepcionalidad (Art. 8).

La detección de indicios de contaminación de un suelo cuando se lleven a cabo operaciones de excavación o movimiento de tierras (arenas) obligará al responsable directo de tales actuaciones a informar de tal extremo al ayuntamiento correspondiente y al órgano ambiental de la Comunidad Autónoma, con el objeto de que éste defina las medidas a adoptar, de conformidad, en su caso, con el apartado sexto del artículo 17 (Art. 10).

Entre los instrumentos para conocer y controlar la calidad del suelo, la investigación exploratoria es la etapa de examen de la calidad del suelo que tiene por objeto comprobar la existencia de concentraciones de sustancias contaminantes que puedan implicar que el suelo esté alterado o contaminado. La investigación exploratoria preliminar incluirá una investigación histórica sobre las actividades desarrolladas sobre el suelo y la obtención de datos de las características relevantes del medio físico, así como la realización de una campaña de muestreo y análisis que permita acotar la lista de sustancias contaminantes presentes en la totalidad del suelo objeto de investigación y su posible distribución espacial, indicando su concentración en cada una de las subáreas diferenciadas dentro del área de estudio (Art. 12).

Una vez finalizada la investigación exploratoria se elaborará un informe comprensivo de la misma que incluirá al menos la siguiente información (Art. 13):
– Descripción de los objetivos de la investigación exploratoria.
– Resumen de la información recopilada en la investigación histórica y en el estudio del medio físico.
– Descripción y justificación de la estrategia de investigación.
– Resultados de la investigación.
– Interpretación de los resultados de la investigación exploratoria.
– Compatibilidad del suelo en relación con el uso actual y, en su caso, el uso previsto.
– Medidas a adoptar en función de los resultados de la investigación.
– Conclusiones.


Si del resultado de la investigación exploratoria se dedujera la superación de los valores indicativos de evaluación B (VIE-B) para el uso al que esté o vaya a estar destinado el suelo, deberá realizarse una investigación detallada (Art. 14). La investigación detallada es la etapa de examen de la calidad del suelo cuya finalidad es valorar el riesgo para la salud de las personas o el medio ambiente derivado de la presencia en el mismo de sustancias contaminantes. La valoración del riesgo se efectuará atendiendo al uso del suelo en el momento de llevar a cabo la investigación detallada o, en su caso, atendiendo al uso previsto.

Para la declaración de la calidad del suelo corresponderá al órgano ambiental de la Comunidad Autónoma declarar la calidad del suelo de acuerdo con el procedimiento que se regula en este título, cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes:
a) Instalación o ampliación de una actividad en un suelo que soporte o haya soportado una actividad o instalación potencialmente contaminante.
b) Ejecución de proyectos de movimiento de tierras (arenas) en un emplazamiento que hubiera soportado una actividad o instalación potencialmente contaminante del suelo y que en la actualidad se encuentre inactivo (Art. 17).

Entre los efectos de la declaración de la calidad del suelo se indican medidas de recuperación de suelos declarados contaminados. Cuando un suelo fuese declarado contaminado, el órgano ambiental de la Comunidad Autónoma ordenará la adopción de las medidas de recuperación necesarias atendiendo a los resultados de las investigaciones y análisis de riesgos que se realicen, y especificará si se deben adoptar directamente o bien exigirán proyectos o planes concretos de recuperación, así como los plazos para su adopción. Cuando la acción contaminante haya tenido lugar con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley 3/1998, de 27 de febrero, General de Protección del Medio Ambiente del País Vasco, las medidas de recuperación de un suelo declarado contaminado tendrán como finalidad devolver al mismo su capacidad para desempeñar las funciones propias del uso al que vaya a estar destinado, utilizando la mejor tecnología disponible (Art. 27). Las medidas de recuperación son todas aquellas medidas cuyo objeto sea la reducción de las concentraciones de sustancias contaminantes en el suelo o la limitación de la exposición o de las vías de dispersión de dichas sustancias.

El Decreto 165/2008 tiene por objeto aprobar y regular el inventario de suelos que soportan o han so­portado actividades o instalaciones potencialmente con­taminantes del suelo de conformidad con lo dispuesto en la Ley 1/2005, de 4 de febrero, para la prevención y corrección de la contaminación del suelo y el Real De­creto 9/2005, de 14 de enero, por el que se establece la relación de actividades potencialmente contaminantes del suelo y los criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados (Art. 1).

Los suelos que se relacionan en el anexo del Decreto 165/2008 componen el inventario de suelos que soportan o han soportado actividades o instalaciones potencial­mente contaminantes del suelo. La localización y los límites de los suelos inventa­riados se visualizará a través del Sistema de Información Geográfica del Gobierno Vasco (GIS Corporativo) al que se puede acceder a través de la página web de dicha Administración. La inclusión de nuevos suelos en el inventario y la exclusión de los ya inventariados, se llevará a cabo por orden del Consejero o Consejera competente en mate­ria de medio ambiente de acuerdo con el procedimiento que se regula en el artículo 3 (Art. 2).

El expediente de inclusión o exclusión de un sue­lo en el inventario se iniciará de oficio, por resolución de la Viceconsejería competente en materia de prevención y corrección de la contaminación del suelo, o mediante solicitud de persona interesada. 

La solicitud de exclusión de un suelo en el inventa­rio deberá justificarse mediante la presentación de un estudio histórico del emplazamiento elaborado por una entidad acreditada de conformidad con lo dispuesto en el Decreto 199/2006, de 10 de octubre, por el que se establece el sistema de acreditación de entidades de in­vestigación y recuperación de la calidad del suelo y se determina el contenido y alcance de las investigaciones de la calidad del suelo a realizar por dichas entidades.


La justificación de una solicitud de inclusión de un suelo en el inventario se realizará de forma análoga a lo señalado en el apartado anterior o, en su defecto, me­diante la presentación de documentación que acredite fehacientemente que sobre el suelo objeto de solicitud se ha llevado a cabo una actividad potencialmente con­taminante del mismo (licencias municipales, fotografías históricas…).

El expediente de inclusión o exclusión será sometido a un trámite de información pública durante un plazo de 15 días. El plazo para la resolución del procedimiento será de tres meses desde su inicio. La Orden del Consejero o Consejera competente en materia de medio ambiente aprobando la inclusión o exclusión de un suelo en el inventario será publicada en el Boletín Oficial del País Vasco (Art. 3).


Declaración de la Calidad del Suelo


El procedimiento de la Declaración de la Calidad del Suelo concluye con una resolución otorgada por el órgano ambiental competente (Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco), a través de la cual el suelo puede declararse, de acuerdo con lo que entiende la Ley 1/2005 por tales conceptos (artículo 2), como:
· Suelo no alterado
· Suelo alterado
· Suelo contaminado

La diferencia entre las denominaciones se fija principalmente en función de los siguientes condicionantes:

· La alteración química que presente el suelo (si supera o no los valores de referencia) debido a la actividad desarrollada por el ser humano

· El riesgo que suponga o no dicha alteración para el uso al que esté destinado el suelo.

Además en las resoluciones de la Declaración de la Calidad del Suelo que se otorguen, se recogerán al menos los siguientes aspectos (artículo 23, Ley 1/2005):

· Delimitación del suelo: se identificará la parcela a la que pertenece el suelo objeto de declaración, acompañando generalmente a la resolución un plano identificativo de dicha parcela.

· Referencia de las investigaciones en base a las cuales se ha determinado la calidad del suelo.

· Los usos para los cuales se declara la calidad del suelo. Es decir, los usos que podrán o no desarrollarse sobre dicho suelo en función de la calidad declarada.

· Las medidas preventivas, de defensa, de recuperación y/o de control y seguimiento que sean necesarias implantar sobre el suelo con el fin de mejorar sus condiciones ambientales y eliminar, en caso de existir, los riesgos que pudieran derivarse de la contaminación que presenta dicho suelo.